El tercer hábito es la segunda creación, la creación física.
Es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y el
segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad independiente que pasa a ser
centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento.
El primero y segundo hábitos son absolutamente esenciales y
prerrequisitos del tercero. Uno no puede pasar a centrarse en principios sin
tomar primero conciencia de su propia naturaleza proactiva, y desarrollarla.
No se puede pasar a los principios sin tomar primero
conciencia de los propios paradigmas y sin comprender cómo hay que cambiarlos y
alinearlos con los principios. No se puede pasar a los principios sin una
visión de la contribución singular que a uno le corresponde realizar, y sin
ponerla en el centro de todo.
Pero con esos cimientos se puede pasar ya a los principios,
de modo incesante, momento a momento, viviendo el tercer hábito: practicando
una autoadministración efectiva.
Poner las cosas importantes primero, están unos puntos muy
importantes para este habito:
Creador.. Creación... Creación Física.
La matriz de manejo de tiempo.
Eficiencia vrs efectividad.
Identificando roles, seleccionando metas, programando
agendas.
DELEGAR: Resultados deseados, guías, recursos, ejecutoria y
consecuencias.
Además de la autoconciencia, la imaginación y la conciencia
moral, es el cuarto privilegio humano —la voluntad independiente— el que
realmente hace posible la autoadministración efectiva. Se trata de la capacidad
para tomar decisiones y elegir, y después actuar en consecuencia. Significa actuar
en lugar de ser actuado, llevar pro-activamente a cabo el programa que hemos
desarrollado a través de los otros tres dones.
El grado en que hemos desarrollado nuestra voluntad independiente
en la vida cotidiana se mide por nuestra integridad personal. Fundamentalmente,
la integridad es el valor que nos asignamos a nosotros mismos. Es nuestra
capacidad para comprometernos a mantener los compromisos con nosotros mismos,
de hacer lo que decimos. Es respetarse a uno mismo, una parte fundamental de
la ética del carácter, la esencia del desarrollo proactivo.
La administración efectiva consiste en empezar por lo
primero. Mientras que el liderazgo decide qué es lo primero, la administración
le va asignando el primer lugar día tras día, momento a momento. La
administración es disciplina, puesta en práctica.
Referencia bibliografica
R.Covey, S. (2003). Los 7 hábitos de la gente
altamente efectiva. Buenos Aires: Paidos.
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